Tus buenos recuerdos importan... no los olvides...

Esta mañana leí un cuento que realmente me hizo pensar, se llama La memoria y lo encontré en www.laureanobenitez.com una pagina bastante interesante.

El cuento empieza así:

Un hombre de cierta edad fue a una clínica para hacerse curar una herida en la mano. Tenia bastante prisa, y mientras se curaba el medico le pregunto que era eso tan urgente que tenia que hacer
El anciano le dijo que tenia que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí. Llevaba algún tiempo en ese lugar y tenia un alzheimer muy avanzado. 
Mientras le acababa de vendar la herida, el doctor le pregunto si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.
no -  respondió  -  ella ya no sabe quien soy. Hace ya casi 5 años que no me reconoce
Entonces  - pregunto el medico -  si ya no sabe quien es usted¿por que esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?
El anciano sonrió y dijo
Ella no sabe quien soy yo , pero yo todavía se muy bien quien es ella.

Vivimos cada día y acumulamos muchas vivencias, momentos buenos y no tan buenos, mil recuerdos que se van grabando en nuestro corazón. Algunos, los malos sobre todo parece que los guardamos con mucha mas pasión que aquellos que nos alegran. Esos que nos alegran parece que logran hacernos reír por un momento pero luego con el tiempo los utilizamos para consolarnos diciéndonos que hubieron tiempos mejores... añoramos un pasado sin darnos que cuenta que actualmente también hay momentos agradables que en unos años nos servirán de consuelo, Pero a veces da la impresión que nos gusta acumularlos para utilizarlos luego. ¿Por qué no los vivimos al cien por ciento? ¿por qué en lugar de guardarlos rápido, no seguimos exprimiéndolos hasta que casi como un limón no tengan mas jugo que darnos? quiero decir lloramos y sufrimos con tanta intensidad pero acaso ¿reímos y disfrutamos con la misma intensidad? deberíamos hacerlo. Porque esos momentos felices cada vez que nos alegran nos alimentan el alma. Esos momentos alegres nos animan. Ver que llueve y no tienes que ir a trabajar es un momento que deberías disfrutar, ver que puedes dormir un poco mas porque hoy no trabajas, deberías celebrarlo, ver que hoy no cocinas porque ayer te quedo algo y puedes acompañarlo haciendo algo rápido, ¿por qué no lo celebras? ver que ha salido el sol y puedes ir a dar una vuelta por la playa o por el parque... ¿qué pasa?, es que solo le das importancia a lo malo ¿que te pasa? y ¿lo bueno que? es que no hay un ser humano que me diga que solo cosas malas le pasan en la vida eso no es posible.

Y como dice la historia que leí y comparto con vosotros, nuestra memoria es frágil al fin y al cabo y puede olvidar muchos momentos y ¿que pasa entonces? pues nos sirven las sensaciones porque si no tuviéramos memoria que guarde nuestras vivencias, tendríamos que acostumbrarnos a experimentar las cosas en el momento que se presentan olvidando luego si fue bueno y malo.

Es triste ver que a veces no padecemos una enfermedad que nos hace olvidar los momentos felices que hemos vivido, sino que somos nosotros los que relegamos esos momentos felices a un rincón, donde solo cuando estamos muy tristes nos acordamos de ellos para restregarnos que antes las cosas iban mejor. No es justo con esos momentos. Vivamos hablando de nuestros buenos momentos, eso convencerá a nuestra alma que si bien podemos estar pasando un mal momento ahora posiblemente luego también habrá algo que nos hará sonreír. Y eso valdrá realmente la pena. Sonreír, sentir, vivir, porque la vida es una sola y no hay que vivir solo con lo malo, hay que mezclar que en la mezcla esta lo bueno.... Así en lugar de comer una ensalada de solo lechugas bien podemos mezclarla con tomates, pepinos y nuestra ensalada estará más rica ¿ verdad? Que nuestra vida sea una mezcla pues de momentos buenos y malos y sazonados con un poco de paciencia y positivismo, tendrá un mejor sabor...Hasta la próxima semana

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